lunes, 30 de julio de 2007

La gioxinia - continuación

Cuidados que debemos prestarle
No es una planta demasiado delicada, por lo que con unas atenciones básicas podremos aprovechar la vistosidad de sus flores por largos periodos de tiempo.

Debemos situar nuestra maceta en un lugar bien iluminado, aunque nunca dejar que los rayos de sol incidan directamente sobre la planta. La temperatura a la que mejor se encuentran oscila entre los 18 y los 20 ºC, resiste las bajas, sin que desciendan más de los 8 ó 10 ºC. Aunque está destinada principalmente para interiores, con la llegada del buen tiempo se puede sacar a balcones y terrazas, protegiéndolas del viento y de la lluvia.

El ambiente en el que se sitúe debe ser húmedo, aunque no por ello debemos pulverizarla, ya que las hojas vellosas deben mantenerse secas si no queremos causarles daños. Los riegos se hacen por la parte baja del tallo, dos o tres veces por semana, en periodo de floración, para que la tierra se mantenga siempre mojada. Después de este momento, la frecuencia se reducirá hasta que el follaje se seque por completo. Durante el invierno, el tubérculo permanecerá en reposo seco sobre la misma maceta, a una temperatura de 15 ºC aproximadamente.

La gloxinia se puede propagar mediante semillas, durante febrero y marzo o por las hojas colocadas en contacto con la tierra y el pecíolo enterrado, en los meses de verano. Aún así, la forma más común de multiplicación es la de fraccionar el tubérculo subterráneo una vez que éste entra en periodo de descanso.

El sustrato en el que la plantemos será neutro, alcalino o ligeramente calizo, fresco y con un contenido medio en nutrientes. Se abonará de forma quincenal, disminuyendo la frecuencia cuando la planta está en reposo.

El momento ideal para plantarla será a principios de primavera. No florecerá hasta la llegada del verano, aunque se mantendrá muy vistosa hasta que lleguen los fríos invernales, momento en el que haremos el trasplante a otra maceta.

Las plagas más habituales con las que nos podemos encontrar si tenemos esta especie son las de pulgones y las de trips que darán lugar a manchas de color pardo-rojizo y un brillo plateado que las caracteriza. Se puede remediar usando un fertilizante de solubilidad lenta cada 3 ó 6 meses.

Si después de esto te han entrado ganas de hacerte con esta vistosa planta, te aconsejamos que des preferencia a las que ya tienen capullos, de esta forma el éxito está asegurado.

Más tipos de plantas de interior en Plantas y hogar

jueves, 26 de julio de 2007

La gioxinia

Con la llegada del buen tiempo, las calles y jardines se llenan de colores alegres y vistosos. Si quieres que tu casa se contagie de esta tendencia, las plantas servirán de gran ayuda. La gloxinia puede ser una buena elección ya que te proporcionará, con sus flores, multitud de tonalidades para adaptar a cada estancia. Conseguirás así, un ambiente natural con el que recibir la primavera y que se hará extensible durante todo el verano si prestas un poco de atención a sus necesidades diarias.

Qué aspecto tienen
Procedente de áreas tropicales, y más concretamente de Brasil, esta planta es ideal para interiores en los países occidentales. Suele presentarse en macetas dispuestas sobre pequeñas mesas, aunque también quedan muy decorativas en canastas colgantes.

La gloxinia presenta un tamaño bastante pequeño, oscila entre los 20 y los 30 cm. Su tallo es compacto y subterráneo de donde nacen unas aterciopeladas hojas de un color verde oscuro muy intenso y ribetes ligeramente dentados.

Sus flores presentan una amplia gama de colores: blanco, azul, violeta, rojo, rosa, naranja... dependiendo de la variedad pueden mezclar varios, siendo frecuente encontrarlas en azul y blanco o rojo y blanco. La textura que presentan es, al igual que la de sus hojas, aterciopelada, con forma de campana de seis lóbulos triangulares. Pueden llegar alcanzar unas dimensiones de 5 a 7 cm.

Todo sobre tus plantas en Plantas y hogar

martes, 24 de julio de 2007

La planta del dinero

Dice la tradición que si tienes en casa un Plectranthus australis nunca te faltará el dinero. Dicho así, con su nombre científico, probablemente pocos sepan de qué especie estamos hablando. Pero si nos referimos a ella por su denominación más común, planta del dinero, ya muchos serán capaces de visualizar esa colgante tan popular en muchos hogares, que destaca por sus hojas gruesas de verde intenso. Aunque podamos cuestionar sus poderes mágicos para atraer la fortuna, de lo que no podemos dudar es de su capacidad ornamental y de lo sencillos que son sus cuidados.

La Plectranthus es una vivaz perenne que dispone de un gran abanico de variedades. De crecimiento medio, origen exótico (África o Australia, dependiendo del ejemplar) y follaje exuberante, la Australis o planta del dinero destaca por lo fácil que es su reproducción, ya que, recogiendo un esqueje y poniéndolo en agua, en pocos días ya tendremos un plantón listo para cultivar.

Se desarrolla adecuadamente en la sombra o semisombra, por eso es ideal para cualquier rincón oscuro. Se puede ubicar en el jardín como planta cubresuelos y trepadora (siempre que el riesgo de heladas sea mínimo), aunque lo más frecuente es encontrarla en los interiores o en las terrazas en cestas o macetas colgantes.

Floral y agradecida
Otra de sus virtudes son sus flores: de otoño a invierno luce una aromática floración de color azul violáceo que hará las delicias de cualquier rincón. Su resistencia y belleza la hacen ideal para cualquier estancia de la casa, siempre y cuando no le dé el sol directo. Respecto al cultivo, prefiere un suelo fresco, drenado y húmedo. Otoño y primavera son las mejores épocas para plantarla y multiplicarla (no sólo se reproduce por esqueje, también a través de división de mata y por semillas).

Al ser una planta procedente de lugares cálidos y tropicales, exige un ambiente húmedo y temperaturas estables, que no bajen nunca de los 5 ºC. Riega siempre que veas el sustrato seco: en verano tres veces a la semana suele cubrir sus necesidades; en invierno, con una vez es suficiente. Cuidado con las enfermedades fúngicas: el exceso de humedad puede ser perjudicial para la planta del dinero.

viernes, 20 de julio de 2007

Euforbiacias (2)

Única en Canarias
La familia de las euforbias es muy numerosa y desconocida, aunque entre sus miembros se encuentran algunos realmente populares. Por ejemplo, la euphorbia canariensis, especie endémica del archipiélago Canario, que crece en todas las islas, excepto Lanzarote. También llamada cardón, su entorno más propicio son las zonas bajas y secas.

Es perenne y suculenta, Muy semejante a los cactus, tiene espinas, aunque de pequeño tamaño. Puede llegar a medir 4 m. de altura y vivir 100 años, ocupando una superficie de hasta 50 m ² de superficie. Florece a finales de la primavera y principios del verano, dando unas pequeñas flores verdes o rojas.

Otras especies ornamentales
Existen euforbias de pequeño tamaño que son utilizadas como plantas ornamentales en el interior de los hogares. Uno de los miembros de este grupo es la poinsettia o flor de Pascua, de la que cada año, al llegar la Navidad, se venden miles de ejemplares.

  • Euphorbia milii: también llamada espina de Cristo, es una especie procedente de Madagascar a la que no le gusta el frío ni las corrientes, por esta razón en Europa se cultiva como planta de interior. Necesita un suelo rico. Una buena opción es el mantillo.
  • Euphorbia pulcherrima: se trata de la llamada flor de Pascua. Es extremadamente débil. Sus hojas son finas y delicadas, y no es extraño que sufran fracturas dejando salir el látex, que es venenoso. Constituye gran peligro para las mascotas, ya que pueden ingerirlo al morder las hojas. Es curiosa su coloración, pues su follaje es rojo muy intenso. Para mantenerse con esta apariencia tan atractiva necesita pleno sol o media sombra.
  • Existe una especie que prolifera con facilidad por el territorio de la Península Ibérica, se trata de mercurialis, que en España consta de siete variedades, y no contiene látex. Se la considera mala hierba.

La variedad y riqueza de esta familia es sorprendente. Si echamos un vistazo al abanico de especies que la componen nos daremos cuenta en seguida de su diversidad: algunas especies de euphorbiaceas son plantas de interior muy apreciadas, en cambio otras son variedades interesantes por su aporte a la biodiversidad de ciertas zonas geográficas, e incluso algunas pertenecen a la llamada "maleza".

Sea como sea, en cada casa siempre hay una tímida euforbia decorando algún rincón, con una hermosura que parece pasar desapercibida, pero que nunca falta.

miércoles, 18 de julio de 2007

La euforbacias

La fisonomía de las distintas variedades de esta familia es tremendamente variable, y seguramente, a no ser que consultemos fuentes expertas, nunca reconoceríamos que algunos de sus miembros tengan que ver entre sí: poinsettia, canariensis, espina de Cristo, y algunas especies de croton pertenecen a este grupo, que además, es ampliamente numeroso: consta de alrededor de 300 géneros y 6.000 especies distintas. Proliferan por todo el globo terráqueo, sobre todo, en climas cálidos de carácter tropical y subtropical.

En ocasiones contemplamos una euphorbia y pensamos convencidos que es un cactus. Es comprensible la confusión, pues el parecido es notable en muchos casos, sin embargo, son familias distintas. Algunas especies de cactus y euphorbias pertenecen a su vez a las crasas, de ahí la equivocación. Las euforbias no son muy conocidas como tales, aunque es muy fácil verlas cultivadas, sobre todo, en interior, y normalmente sus cuidadores no sabrán que se trata de una miembro de esta familia.

La vistosidad de sus brácteas
Sus flores suelen ser de pequeño tamaño, unisexuales y crecen en inflorescencia, pero en ocasiones están rodeadas de unas brácteas de vivos colores, es el caso de la euphrbia milii o espina de Cristo. Gracias a este ornamento, son muy apreciadas como planta de invernadero. Esta especie es una de las más conocidas dentro de esta familia.

Muchas especies de euphorbiaceae tienen una peculiaridad que las hace muy valiosas: contienen látex, elemento muy utilizado en la industria. Cuando sufren heridas, lo exudan. Es una sustancia con la que hay que tener cuidado, pues al contacto irrita la piel y quema los ojos. Ésta es la principal diferencia entre euphorbias suculentas y cactus: que estos últimos no contienen látex.

lunes, 16 de julio de 2007

Cuidados del corline (palmera)

Como en la mayoría de las plantas, factores como riego, sol y temperatura son esenciales para un cordiline de larga vida. Los recursos hídricos que necesita son medios, evitando siempre encharcar la tierra, pero elevando las cantidades en verano. Notaremos la carencia de agua cuando aparezcan en las hojas manchas marrones.

La temperatura ha de ser cálida y moderada, sin cambios bruscos, entre los 20 y 25 ºC, evitando bajar de los 5 ºC, ya que no resiste bien el frío. Tampoco le viene bien mucho calor, las corrientes de aire o un ambiente excesivamente seco. Por eso, si fuera necesario, humedeceremos la estancia donde se encuentre.

Respecto a la luz, es una planta que necesita grandes dosis, pero evitando exposiciones solares muy intensas, especialmente en los meses de verano. La decoloración de las hojas no supone que éstas se estén quemando por un exceso de luz como podría parecer, sino más bien al contrario: indican una exposición insuficiente.

Para mejorar su estado de salud, nada mejor que añadir un poco de abono estándar, a ser posible líquido, diluido en el agua de riego. Respecto a las plagas, puede sufrir el ataque de arañas rojas y cochinillas, así como quedar afectadas por enfermedades fúngicas. Para evitar estos inconvenientes hemos de controlar el riego y eliminar hojas y flores mustias. Su multiplicación se realiza a través de semillas, estaca o por acodo.

Información sacada de: Plantas y hogar, web sobre plantas, árboles y flores

jueves, 12 de julio de 2007

Cordline, una clase de palmera

Tropical y de fácil cultivo, el cordiline trae a nuestros hogares el exotismo de países lejanos gracias a su apariencia de palmera. Su versatilidad proviene de su capacidad para adaptarse tanto a exteriores como interiores. Aunque es muy frecuente verla en una maceta dentro de las casas, a modo de bonsái, tampoco es mala idea instalarla en el jardín, dando verticalidad a los parterres. Cualquiera que sea el modo que elijas para cuidarla, para que luzca sana y fuerte sólo tienes que seguir estos pequeños consejos.

El Cordyline Australis, nombre científico de este ejemplar, procede de Oceanía y Asia y pertenece a la familia de las agaváceas. De crecimiento lento, destacan sus ornamentales hojas planas, que suelen ser verdes, aunque pueden incorporar tonalidades rosadas o púrpuras. Cuando han alcanzado un elevado estado de desarrollo y siempre en verano, ofrecen pequeñas flores blancas o de color beige. También da frutos en forma de baya blanquecina.

A la hora de cultivar, el cordiline, o también llamado árbol repollo, no requiere un terreno muy específico. Es suficiente que esté drenado, aireado y seco, aunque en los primeros años de cultivo es mejor que esté convenientemente húmedo.

Foro de plantas

viernes, 6 de julio de 2007

El césped (2)

Por otro lado, se encuentra el tomillo silvestre, un césped que sólo requiere una poda anual, que ha de hacerse tras la floración. Por su parte, la Camomilla es una planta que posee las hojas estrechas y unas flores anchas y blancas similares a las margaritas. Para zonas de clima seco es muy útil el trébol blanco u holandés, que proporciona una hermosa cubierta verde que no amarillea ni en las épocas más secas. El trébol elabora una cubierta muy verde de fácil mantenimiento, pero necesita un suelo alcalino para prosperar. Sin embargo, según los expertos en el tema, la variedad más conveniente es el Treneague, que no suele florecer pero que es excesivamente útil por no requerir apenas corte.

Antes de plantar
Lo primero que hay que hacer antes de plantar el césped es preparar correctamente la zona en la que se vaya a hacer, con el fin de que el suelo se encuentre en óptimas condiciones. Así, si el césped se va a sembrar por primera vez en esa superficie, conviene que se encuentre a cielo abierto o, de lo contrario, no tener más de medio día de sombra en verano, porque no crecerá con la fuerza necesaria.

Cuando la capa del suelo contenga excesiva arena o yeso, se debe enriquecer aplicando una capa de entre tres y cinco centímetros de turba o musgo. Si el suelo es suficientemente rico, esto no es necesario, pero tampoco está de más, ya que la aplicación de fertilizantes siempre es positiva para el césped. El siguiente paso a realizar es comprobar la nivelación del terreno, así como el drenaje, para posteriormente rastrillar la tierra hasta una profundidad de unos quince centímetros, procurando eliminar todos los terrones. Esta preparación del terreno se puede efectuar durante todo el año, menos cuando el suelo se encuentre mojado o embarrado.

Plantación
Una vez que se hayan realizado los pasos de preparación del terreno es conveniente proceder a la siembra, que se puede llevar a cabo, igualmente, en cualquier época del año, excepto en invierno. No obstante, se indica el otoño como mejor momento, ya que las lluvias de esta temporada favorecerán el desarrollo de la hierba. En cuanto a las semillas, cabe destacar que son muy pequeñas, por lo que no conviene sembrar cuando haga viento y asegurarse de que el suelo se encuentre levemente húmedo.

Las semillas se deben administrar generosamente para que el césped sea capaz de cubrir todo el suelo, pero el exceso de semillas puede provocar que los plantones se pudran. Así, en suelos bastante fértiles se debe aplicar treinta gramos por metro cuadrado, mientras que en suelos más pobres hay que aumentar esta cifra hasta sesenta gramos El mejor método para sembrar consiste en colocar cuerdas tensadas a una distancia de un metro entre ellas. Posteriormente, se preparan pequeños montones de treinta gramos con las semillas y se marca en el suelo la superficie que corresponde a un metro cuadrado. Finalmente, hay que distribuir las semillas de forma regular. Una vez sembrado, conviene rastrillar el suelo para ayudar a las semillas a penetrar en la tierra.

Web sobre plantas y hogar

miércoles, 4 de julio de 2007

El césped

Sin duda, el césped es la base y parte principal del cualquier jardín, ya sea privado o público. Por ello, no hay que olvidar su importancia a la hora de dar forma al espacio y hay que conocer algunas de sus características, con el fin de plantar el más adecuado y de hacerlo convenientemente. Además, no se debe pasar por alto la importancia decorativa de este elemento, que crea zonas ideales para la colocación de flores o plantas.

Asimismo, proporciona una base suave y blanda con el fin de que se convierta en espacio acogedor y zona para el juego de los más pequeños. No obstante, éste suele ser el elemento menos cuidado del vergel, a pesar de su gran utilidad y de que no requiere excesiva atención. En la mayoría de los casos, el único tratamiento que recibe es ser cortado habitualmente.

Tipos de césped
El césped es un tipo de hierba, de las cuales existen en el mundo unas mil clases conocidas. No todas éstas son empleadas como césped, ya que deben ser capaces de soportar los habituales cortes y de formar una tupida alfombra y una cubierta densa. Dependiendo del objetivo con el que se plante, se empleará una u otra clase, aunque normalmente se suelen efectuar mezclas entre diferentes hierbas para obtener ejemplares satisfactorios.

El césped de jardín, a excepción de aquel que se encuentra recién plantado, se verá enseguida invadido por las especies de hierbas nativas de cada zona. Para evitarlo, se debe seguir una estricta rutina de cultivo, sobre todo cuando el césped se planta con una función ornamental. Hay varios tipos, que son los más utilizados en la elaboración de jardines. El primero de ellos es el denominado césped de manzanilla, particularmente apropiado para zonas de pequeño tamaño, donde el suelo sea seco y arenoso. Se caracteriza por sus hojas aromáticas que forman una tupida cubierta en el suelo.

lunes, 2 de julio de 2007

Altura de los árboles

Los árboles son los principales responsables de aportar altura a un jardín. Pero no olvides que los árboles son elementos vivos, que se desarrollan y que en ocasiones crecen, muy por encima de tus perspectivas.

Por eso el tamaño que pueden alcanzar es un factor a tener en cuenta si se quieren evitar problemas. En el caso de los árboles esto es básico, dado que sus dimensiones van a ser las mayores en el jardín y van a aumentar considerablemente a lo largo de los años. Por ello, es necesario conocer el tamaño, la forma y la altura máxima que pueden llegar a tener determinadas especies, no la que muestran en el momento de la plantación.

Elige la especie adecuada
Una vez que se ha plantado un árbol debe existir un compromiso de respeto que corre el riesgo de perderse en caso de que llegue a invadir zonas no deseadas. Es cuando surgen los problemas y se hacen necesarias las podas deformadoras del porte y de la estructura del árbol. También puede ocurrir simplemente que se plante un árbol en un jardín pequeño y que con los años adquiera un tamaño desproporcionado con el espacio existente. En este tipo de situaciones, conviene elegir árboles de poco desarrollo o de porte columnar, que posean una circunferencia de copa estrecha. Para conseguir el efecto de un árbol en espacios pequeños, sin preocuparse por el desarrollo futuro, puede ser una buena idea tratar un arbusto podándole las ramas bajas y dándole cierta forma a la copa.

En cuanto a especies de crecimiento rápido para formar una pantalla con un vecino, el Ciprés de Leyland suele ser la opción más utilizada entre los árboles perennes. Pero no hay que olvidar el Chopo Lombardo que, aunque menos efectivo en invierno dado que pierde la hoja, posee una forma de gran belleza.
A veces puede ser buena idea plantar los árboles jóvenes muy juntos y, a medida que vaya desarrollándose la vegetación, ir suprimiendo pies, siempre que se lleve a cabo realmente.

Cuidado con las raíces
Algunas especies de árboles no dan demasiados problemas con su desarrollo externo, pero sí con el interno (las raíces). Esto es lo que ocurre sobre todo con los sauces y chopos, que deben plantarse a una distancia de seguridad respetable de los edificios y de los sistemas de drenaje. Sus raíces son potentes y ávidas de agua, por lo que hay que tener cuidado con su ubicación. Además, en suelos arcillosos y en épocas de sequía pueden provocar que se contraiga el suelo, al absorber el agua existente en él. En situaciones, pueden producir serios problemas en las cimentaciones.

En el caso de los sistemas de drenaje, los problemas pueden acentuarse si los tubos no están correctamente sellados o tienen fugas, por pequeñas que sean.

Lo que cuestan
- Cedro, 3 a 5 m. de altura, sobre 150 euros.
- Chopo Lombardo, 16 a 18 cm. de diámetro, sobre 40 euros.
- Ciprés, 3 a 5 m. de altura, sobre 100 euros.
- Ciprés de Leyland, de 3 a 5 m. de altura, sobre 150 euros.
- Encina, 16 a 18 cm. de diámetro, sobre 100 euros.
- Tilo, 16 a 18 cm. de diámetro, sobre 120 euros.