jueves, 30 de agosto de 2007

Dieffenbachia

Introducida en Europa a finales del siglo XIX, tiene su origen en las selvas vírgenes de América Central y del Sur, principalmente de Brasil. Llama la atención por la vistosidad de sus hojas, grandes y brillantes, en las que se alterna el color verde y el blanco. Se utiliza como planta de interior para dar un importante toque decorativo a las estancias. No requiere una atención demasiado exhaustiva, aunque hay que ser precavidos, ya que tiene propiedades tóxicas.

Cómo es y qué necesita
La dieffenbachia es una especie perenne que mide entre 60 y 120 cm. de altura. Sus hojas son anchas, ovaladas y discretamente asimétricas, con llamativas manchas variegadas variables según la especie. No suele tener muchas flores, pero, cuando se presentan, son de color verde, delgadas y poco llamativas. Su época de floración se extiende a lo largo de los meses de verano.

Para su correcto desarrollo, lo mejor es situarla en un lugar bien iluminado, pero sin la incidencia directa del sol, manteniéndola alejada de las corrientes de aire y de focos de calor potente, como pueden ser los radiadores. La temperatura ideal puede variar entre los 20 y los 30 ºC, pudiendo sobrevivir cortos periodos de tiempo a temperaturas inferiores, siempre y cuando no bajen de los 10 ºC.

Durante el periodo vegetativo, de abril a octubre, la regaremos semanalmente, haciendo un aporte quincenal de fertilizante diluido. En verano los riegos se harán más frecuentes, cuando el matillo superior se empiece a secar. Será positivo vaporizar el follaje con agua no caliza y limpiarlo con una esponja húmeda de vez en cuando.

La tierra en la que mejor se desarrolla necesita un pH ligeramente ácido, entre 5.0 y 6.0, mezcla suelta de turba con cortezas o tierra vegetal y arena de río. Debe ser, por tanto, un suelo fértil que drene bien.

Se multiplica fácilmente por esqueje apical o de punta. Para realizarlo se corta la parte superior de una planta cogiendo alguna hoja o con un tallo provisto de yema. Arraiga de forma rápida en agua, turba o tierra ligera de semillero. Necesitan calor de fondo de 24 ºC y una humedad de 22 ºC, protegiéndoles del sol directo. Enraizarán en 4 ó 6 semanas; pasado este tiempo, las pasaremos a su maceta definitiva, donde podrán mantenerse hasta dos o tres años.

martes, 28 de agosto de 2007

La sagitaria

Pertenecientes a la familia Alismataceae, las plantas que se engloban en el género Sagittaria son monocotiledóneas y se denominan comúnmente flechas de agua, debido a la similitud entre la forma de sus hojas y la de una flecha. Acuáticas, pueden encontrarse emergidas o sumergidas en aguas estancadas. Las especies más habituales son vivaces- viven más de dos años- y con aspecto de tubérculos.

Las hojas son aéreas, flotantes o sumergidas, y las flores, de un solo sexo, se agrupan en ramilletes sobre los tallos que se encuentran en el aire. La reproducción se lleva cabo mediante tubérculos o semillas. Suelen cultivarse para una función ornamental, como por ejemplo, adornar acuarios o estanques.

Hemos de tener precaución con este género, ya que algunas de sus especies han infestado campos, concretamente en España, en el año 2003 dañaron unos arrozales en Huesca. Se trataba de la Sagittaria motevidensis ssp. calycina, que ya había causado problemas anteriormente en diferentes países, como EE.UU., Brasil o Australia.

Sagittaria sagittifolia, la más abundante en España
Especie perenne acuática emergida; las hojas aéreas presentan forma de flecha y las sumergidas, de cinta; de flores blancas, se agrupan en verticilos -suelen ser hasta cinco- que contienen tres flores cada uno. Su tamaño oscila entre los 30 y los 80 cm.

Se multiplica por división de rizomas, el mejor momento para hacerlo es en primavera, y florece de junio a agosto. Para su óptimo crecimiento, es necesario que la tierra sea fértil y se recomienda mezclarla con turba. La planta deberá encontrarse a la sombra. Se está produciendo un retroceso en su aparición, debido a la contaminación que produce en las aguas.

Está totalmente preparada para vivir en suelos inundados, y, aunque también podemos encontrarla en arrozales, en España aún no ha ocurrido; por ejemplo en Italia sí.

martes, 7 de agosto de 2007

Plantas y peces ideales para el estanque

Las plantas
Una parte esencial de la vida que se crea en un estanque artificial son las plantas, ya que cumplen una función ornamental y otra útil, la dificultad de que crezcan algas dentro de este espacio. Además, son imprescindibles para la vida de los peces, por su función suministradora de oxígeno.

Existen muchas clases de plantas que se pueden emplear en la decoración del estanque. Se pueden incluir las denominadas sumergidas, cuya principal función es dar protección a los peces. Hay que tener en cuenta que, en otoño, éstas disminuyen considerablemente, para volver a brotar en primavera. Otro tipo de planta ideal para situarlas aquí son las flotantes que, por su floración y aspecto tropical, ofrecen una belleza especial a cualquier espacio. Siempre viven por la superficie acuática, aunque sus raíces se extienden hacia el fondo del agua y algunas suelen arraigar en el suelo del estanque.

También existen plantas con hojas flotantes que nacen de un tubérculo enterrado en el fondo del estanque, pero cuyos largos tallos ascienden hasta la superficie donde se pueden ver sus bellas flores. El inconveniente de esta especie es que poseen unas hojas muy grandes que ocupan mucho espacio en la superficie acuática, por lo que en ocasiones entorpecen el desarrollo de otro tipo de vida. Por último, hay que señalar que una de las plantas más apreciadas en estos espacios, por la belleza de su flor y su colorido, es el nenúfar. A ello hay que añadir que su floración es muy larga (desde comienzo del verano hasta finales del otoño), por lo que son de gran utilidad ornamental en largos periodos de tiempo.

Los peces
Lo óptimo es que el estanque incluya una mezcla peces de especie apropiada para este tipo de vida y que sean compatibles entre ellos. Además, éstos cumplen un importante papel en el ciclo de vida natural del estanque. Para mantener el buen estado de salud de estos animales, es necesario proporcionarles una alimentación adecuada, que debe ser principalmente nutritiva. Asimismo, hay que saber que, para las especies tendentes a remover mucho el fondo, conviene establecer un suelo de gravilla y tierra arcillosa con el fin de que el agua no parezca turbia constantemente.

Más información sobre plantas acuáticas y sobre peces

viernes, 3 de agosto de 2007

Instalación y decoración del estanque

Cómo instalarlo
Si se decide instalar un estanque mediante el empleo de lonas se tendrá la ventaja de poder dar a éste la forma y el tamaño deseados, así como la profundidad que requiera, dependiendo de la decoración que se vaya a emplear. El primer paso en la instalación consiste en cortar el césped con una profundidad de diez centímetros y en forma de rectángulo.

En la parte del estanque que se decida dedicar exclusivamente al agua, la profundidad debe alcanzar los veinte o treinta centímetros, en un segundo paso, mientras que la zona restante se debe dar la profundidad final deseada. Así, una vez finalizado, el estanque deberá contar con sesenta centímetros de profundidad, ya que veinte de ellos estarán ocupados por una base de arena, tierra vegetal y gravilla.

El siguiente paso consiste en colocar la lona que formará la base el estanque, para lo cual previamente hay que asegurarse de que las paredes hayan quedado completamente lisas y de que no existe ningún objeto capaz de romper la lona, como las raíces de los árboles colindantes. Una vez colocada la lona, se debe estirar dejando que se pose de forma lenta y procurando que quede una pequeña parte por fuera, alrededor de todo el hueco, con el fin de poder fijarla y asegurarla. Tres o cuatro días después de haber llenado el hueco de agua, cuando se haya ubicado correctamente la lona, se debe proceder a la fijación de la misma, plantando césped por encima del borde que había quedado en la parte exterior.

No obstante, existe otra forma de instalarlo: la colocación de un estanque prefabricado de plástico, que se puede adquirir en cualquier centro especializado en jardinería. El inconveniente de esta alternativa es que el tamaño y la forma no siempre se adecuan a las necesidades de los jardines.

Cómo decorarlo
Existen múltiples formas de decorar el estanque para hacerlo atractivo. Sin embargo, siempre conviene respetar el sistema ecológico, para lo cual conviene dividir el espacio en, al menos, dos zonas: una para plantas palustres o pantanales y otra para peces y plantas acuáticas. Otra parte esencial en la decoración del estanque es la colocación de piedras naturales o baldosas artificiales alrededor del mismo. Éstas se pueden combinar con césped, gramíneas o juncos con el fin de insertar el estanque en el entorno natural del jardín.

Por su parte, la tierra que forme la base del fondo ha de ser arcillosa y con un espesor de, aproximadamente, veinte centímetros. Asimismo, es necesario cuidar la calidad del agua para que la vida que se cree en el estanque goce de la mejor salud posible. Por este motivo, se debe escoger el agua más adecuada, dependiendo del lugar en el que se encuentre el jardín. Así, si el estanque se va a instalar en una zona industrial, conviene que el agua no sea pluvial, de arroyo o estanque natural. Además, es necesario mantener el agua limpia y en condiciones óptimas para favorecer la vida en el estanque.

Por otro lado, existen numerosos complementos que se pueden añadir al estanque con el fin de darle originalidad y belleza. Uno de los más empleados son las cascadas, que además de ser ornamentales proporcionan oxigeno al agua. Además, su instalación es sencilla, ya que se puede hacer mediante la colocación de algún tipo de piedra natural o artificial y la creación de un curso de agua, mediante una bomba normal de circulación, que puede ser directo del estanque.

Otra posibilidad es la inclusión de una fuente, siempre y cuando no existan nenúfares, ya que son incompatibles. Por último, hay que señalar que por la noche es muy decorativa la iluminación del estanque. Ésta se puede situar dentro del propio hueco o en la parte exterior, con focos que iluminen el agua. No obstante, conviene saber que los focos subacuáticos perjudican el ritmo natural de la vida del estanque.

Plantas acuáticas en Plantas y Hogar

miércoles, 1 de agosto de 2007

Consideraciones previas a la instalación de un estanque

Existen numerosos elementos para decorar el jardín y hacerlo más atractivo y original. Uno de ellos es el estanque artificial, una bonita forma ocupar espacios que no tengan ninguna utilidad específica.

Antes de comenzar la construcción del estanque, conviene asegurarse de que el espacio empleado no tiene ninguna utilidad, para lo cual, previamente, se puede marcar éste con una cuerda con el fin de visualizarlo y establecer la medida idónea.

No conviene olvidar que cada estanque es diferente a los demás, por los elementos que se coloquen en su interior y por la forma que adquiera. Por este motivo, hay que pensar en profundidad cómo se va a construir y cómo se va a decorar antes de proporcionarle un lugar y una forma concreta.

Elegir el lugar
El principal factor, a la hora de escoger el lugar para construir el estanque, es el hecho de que ese lugar no sea o pueda ser empleado con otro fin. En segundo lugar, conviene saber que estos espacios deben estar situados en un lugar donde reciban la luz solar al menos durante cuatro o seis horas al día, para que las plantas y el agua conserven sus buenas condiciones.

Por el mismo motivo, no se debe situar al pie de algún árbol, ya que éste despedirá hojas u otros elementos sobre el agua que pueden ser fuente de algunas infecciones. En el caso de que en la casa habiten niños, conviene proteger el estanque mediante una valla.

Información sobre plantas acuáticas en Plantas y Hogar