miércoles, 31 de octubre de 2007

La espinaca, vitaminas y minerales en el huerto

En la dieta diaria está indicado el consumo de hortalizas y verduras y, entre ellas, las espinacas son de las más versátiles. Con un gran aporte de minerales y vitaminas, se incluyen en multitud de recetas, que nos resultarán mucho más sabrosas si este ingrediente proviene de nuestro propio huerto. De cultivo anual, no requieren excesivos cuidados para disfrutar de todas sus propiedades.

El origen de la espinaca lo encontramos en Oriente, probablemente en Persia. Alrededor del siglo XI se introdujo en España, desde donde se extendió por toda Europa y, más adelante, por el continente americano.

Numerosas variedades
En el mercado encontramos una inmensa variedad de este vegetal. Se suelen clasificar siguiendo dos criterios:

* Según la época de recolección encontramos variedades de verano y de invierno. Las semillas de las primeras se siembran desde final del invierno hasta mediados de la primavera y la recolección se efectuará desde la primavera hasta el comienzo del otoño. La siembra de la espinaca de invierno, que es la que normalmente se encuentra en el mercado, se efectúa durante el verano, y la recogida se lleva a cabo desde otoño a primavera.
* Según la forma de la hoja, pueden ser rizadas o lisas: las primeras solemos encontrarlas como producto fresco, mientras que las segundas, suelen comercializarse en conserva o congeladas.

Preparar el cultivo
Aunque el cultivo de la espinaca es relativamente sencillo, hemos de tener en cuenta que es bastante exigente en cuanto al terreno en el que se desarrollará. Éste ha de cavarse en profundidad antes de la siembra. Además será rico en nutrientes y con un buen drenaje, ya que no soporta el encharcamiento. Hemos de prestar atención al pH del suelo: lo ideal es mantenerlo en torno a 6.5 ó 7, ya que con un ph inferior el crecimiento del vegetal no sería el adecuado.

Las semillas se plantan cuando el terreno esté húmedo, a unos 2 cm. de profundidad. La germinación se producirá en unas tres semanas; sin embargo, para ello han de darse las condiciones climáticas adecuadas: soporta bien las bajas temperaturas, mientras que las altas provocarán que las semillas no lleguen a desarrollarse.

Pearl Overseas

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viernes, 26 de octubre de 2007

Verónica, un arbusto con mucho color

Descripción
Arbusto pequeño, robusto y muy ramificado.
Floración: abundante a comienzos de verano u otoño.
Necesita pocos cuidados para mostrarse en toda su plenitud.
Posee flores que tienen dos estambres y un estilo largo en forma de racimos de espiga. Los tallos parten de las axilas de las hojas.

Cuidados
Riego: moderado, tratando de evitar encharcamientos.
Suelo: su fácil cultivo le permite adaptarse sin esfuerzo a cualquier tipo de superficie. Basta con que el terreno de plantación sea blando y esté bien drenado. Cuando llegue el invierno, es importante cuidar que la tierra se encuentre ligeramente húmeda y fresca.
Luz: necesita luz abundante, al menos medio día de sol y no exponerlo a los rayos directos.
Multiplicación: por esquejes en verano teniendo en cuenta que la temperatura del sustrato sea de 20 a 22 ºC. También puedes multiplicarlo por semillas.
Es imprescindible que lo sitúes en un lugar húmedo. Evita las corrientes frías, ya que las bajas temperaturas podrían ser perjudiciales.
No resiste bien las heladas, por ello es preciso que en época invernal la coloques en sitios resguardados, como invernaderos o cobertizos, y mantenerla a una temperatura de 10 ºC aproximadamente, en un sitio ventilado.

Curiosidades
Es aconsejable reducir su volumen antes de las épocas de mayor crecimiento. Hazlo gradualmente y no esperes a que estén "disparadas" todas las ramas.
Una segunda poda puede realizarse a finales de agosto, para que resurjan con fuerza en primavera.
Cuando notes que las hojas se recubren de una ceniza blanca o que enferma poco a poco, puede deberse al efecto del pulgón o el hongo llamado oídio.

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martes, 16 de octubre de 2007

Consejos generales para la salud de tu bonsái

Antes de decidirnos por incluir un bonsái en nuestro repertorio de plantas hogareñas, debemos ponernos al día con los cuidados y atenciones que requiere. De hecho, en contra de lo que se cree, estos arbolitos suelen caracterizarse por ser muy agradecidos y vistosos, pero eso sí, es imprescindible que les dediquemos el tiempo que necesitan. En este reportaje queremos explicarte esquemáticamente cuáles son los consejos básicos de salud que necesita tu bonsái. Seguirlos es fundamental para darle una vida larga y saludable.

1. Disfruta de tu bonsái.

2. Observa su aspecto, especialmente el de sus hojas. Ellas te dirán si tu bonsái tiene mucha o poca luz, si la tierra está seca o húmeda, si tiene frío o calor, enfermedades o insectos.

3. Deja que respiren sus raíces. Es bueno que se seque un poco la superficie de la tierra entre riegos. Regar en exceso no es sinónimo de cuidarlo adecuadamente.

4. Oriéntalo hacia la luz de acuerdo a sus necesidades. Si está junto a una ventana o pared, dale la vuelta regularmente.

5. No te olvides de abonarlo, necesita reponer lo que consume de la tierra.

6. No dejes que sus raíces se queden sin espacio en la maceta.

7. Evítale las corrientes de aire y un ambiente excesivamente seco.

8. No lo muevas constantemente de sitio.

9. No tengas más bonsáis de los que puedas cultivar con facilidad.

10. No hay normas fijas y exactas, aprende su lenguaje, tu bonsái es un ser vivo.

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