viernes, 28 de marzo de 2008

El poto, una trepadora para el interior

A la hora de crear un ambiente acogedor en el hogar, los elementos vegetales son uno de los recursos fundamentales. Tallos cortados, arreglos con flores secas y, cómo no, todo tipo de plantas de interior nos ayudarán a crear un estilo propio en recibidores o salones. Entre las más populares encontramos el poto, del género epipremmum, que pertenece a la familia de las aráceas.

Si lo que buscamos es un ejemplar que no requiera excesivos cuidados, esta liana trepadora originaria de zonas tropicales de Asia y el Pacífico es una opción segura. Además, posee una alta resistencia a periodos de sequía y a la contaminación. Sus decorativas hojas de color verde con pequeñas manchas blancas o amarillas llenarán cualquier rincón en poco tiempo, gracias a su rápido crecimiento: puede alcanzar los 40 cm. en un solo año.

Un fácil cultivo
La reproducción de cualquiera de las variedades de poto, entre las que destacan la aureum y la pinnatum, se realiza en primavera, mediante esquejes. Para ello, cortaremos de la planta madre un tallo con nudo y varias hojas. A continuación, lo plantaremos en un recipiente, en un sustrato permeable preparado con mantillo, arena y turba.

Una opción más sencilla es introducir el esqueje en agua. La raíz aparecerá en unas tres semanas y ya podremos cultivarlo en la maceta. Cuando crezca, necesitará mayor espacio para desarrollarse; aunque no es necesario trasplantarlo anualmente, conviene realizarlo cada dos años, siempre en primavera. Asimismo, si colocamos un soporte alargado en el recipiente, los tallos irán trepando a medida que ganan altura.

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jueves, 13 de marzo de 2008

El desarrollo de un bosque tropical (II)

Diversidad de flora
Sin duda, el bosque tropical es el ecosistema que posee mayor diversidad de plantas. De hecho, muchos científicos aseguran que en el Amazonas es posible encontrar todavía especies de flora desconocidas o poco estudiadas. Miles de árboles cubren los trópicos, cada vez más erosionados por la mano del hombre.

De todos los biomas, éste es el que tiene mayor diversidad de plantas. Hay miles de especies de árboles y es posible encontrar algunos centenares de ellas en superficies relativamente pequeñas. Las palmeras se identifican fácilmente con los climas tropicales, sin embargo, son más propias de temperaturas especialmente cálidas, y resisten la ausencia de agua durante periodos prolongados.

Las gimnospermas son raras en estos lugares, excepto las cycas. Las monocotiledóneas y helechos proporcionan numerosas variedades, muchas de ellas arborescentes. Existen muchas familias de árboles, algunas de ellas únicas en este tipo de climas: leguminosas, caparidáceas. piperáceas, ficus y moreras, melidáceas (aglaias, melias, carapas), anonáceas, laureles, anacardos, verbenas, myrtacéas (como eucaliptos), entre otras variedades.

Las orquídeas y ciertas herbáceas son plantas típicamente tropicales, distribuidas por todos los continentes. Las lianas y enredaderas se encuentra principalmente en las familias vitáceas, leguminosas, passifloráceas, convolvuláceas y cucurbitáceas.

La ley de Darwin
Tal y como descubrió Darwin con la selección natural, aquellas especies que no se adaptan al medio, desaparecen. Y en la jungla esa máxima se muestra en su más cruda faceta. La competencia por la luz hace que los árboles tengan la capacidad de pelear por un pequeño rayo de sol: se quedan en una especie de letargo bajo el dosel vegetal, hasta que aparece un poco de luz, que es cuando crecen hacia el cielo para aprovechar el escaso sol al que pueden aspirar.

Las lianas y enredaderas crecen hacia arriba para absorber luz, mientras que las hojas de los árboles que reciben más luz son más duras y resistentes a la fuerza del sol en estas alturas. Otras plantas cambian la orientación de sus hojas para no recibir los rayos del sol directamente.

Los hongos del suelo se asocian en las raíces, de forma que se conectan directamente y aprovechan de un modo más eficiente el humus del suelo. Los animales son los que se encargan de la polinización.

Hoy en día, los bosques tropicales están en serio peligro, no sólo por la caza furtiva de ejemplares autóctonos, también por la deforestación, ya que en estos lugares existe madera de calidad en cantidades ingentes. La presión demográfica también obliga a muchos países a destruir bosques con el fin de generar campos de cultivo o de explotación ganadera. La erosión y la contaminación de los ríos ecuatoriales son otros dos problemas que se suman a la crisis que vive el Trópico.

Estos bosques constituyen el 'pulmón' del planeta. Su riqueza y diversidad biológica son esenciales para mantener el equilibro en la Tierra, de ahí la necesidad de conocer y proteger estos exuberantes ecosistemas.

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martes, 4 de marzo de 2008

El desarrollo de un bosque tropical

Los bosques tropicales son uno de los ecosistemas más complejos que existen, de ahí que reproducir en el jardín las mismas condiciones que se dan en estos lugares sea una tarea difícil, aunque no imposible. Los trópicos se caracterizan por tener ambientes muy húmedos que se derivan de las fuertes precipitaciones y del calor sofocante. Estos entornos naturales están formados por un dosel de ramas entrelazadas donde emergen árboles altos que buscan los rayos del sol.

La humedad es la clave para mantener en perfectas condiciones un jardín tropical, por eso, a no ser que el clima sea húmedo y caluroso, será muy difícil configurar este tipo de jardín en el exterior. A menudo se recurre a invernaderos para poder reproducir las condiciones de los climas tropicales: es el caso, por ejemplo, del bello jardín tropical que acoge la madrileña estación de Atocha.

Aunque en los climas tropicales las precipitaciones son estacionales, apenas hay sensación de sequedad. Por eso, estos jardines requieren agua de manera abundante, sin llegar a encharcar la tierra. Para favorecer la transpiración es importante que el agua rocíe las plantas y sus hojas.

Suelos y plantas
Los suelos de las regiones ecuatoriales quedan condicionados por el alto índice de lluvias. Los perfiles del suelo son profundos y el terreno es ácido, rico en aluminio y óxidos de hierro, lo que le otorga cierto tono rojizo.

Bajo ciertas condiciones de lluvia, el hierro se concentra, endureciendo parte de la tierra, y haciéndose impenetrable por las raíces. La mayoría de los nutrientes y materiales orgánicos quedan en la parte más epidérmica del suelo, debido a que la descomposición es muy rápida. Esa gran actividad biológica hace que quede poca hojarasca sobre el suelo, ya que todo se recicla rápidamente. También es muy veloz el crecimiento de los árboles en las zonas tropicales.

Los bosques tropicales tienes aproximadamente cinco niveles de vegetación: emergentes, que son los que reciben la luz directa del sol, un dosel superior y un dosel inferior, el sotobosque y, por último, la zona más próxima al suelo, donde crecen arbustos y hierbas.

La mayoría de las especies de plantas son siempre verdes, sus hojas son elípticas y, con frecuencia, poseen una punta alargada, con punta de goteo, para evitar que las lluvias torrenciales se arruinen la planta. Las hojas suelen ser muy grandes, para recibir la mayor cantidad de luz posible.

Los troncos de los árboles tienden a ser de color claro, rectos y verticales, con una corteza lisa y llena de líquenes. Las plantas epífitas, que se desarrollan encima de otras, y trepadoras, tales como las lianas, proliferan en los altos árboles. Todas las plantas luchan en el bosque ecuatorial por arañarle al cielo unos ligeros rayos de sol.

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