viernes, 25 de julio de 2008

Las rosas también se oxidan

Entre las enfermedades que pueden atacar a tus rosales existe la roya, un hongo que afecta a diversas especies. Se asemeja a un tipo de herrumbre (óxido de hierro) por sus pústulas de color anaranjado, como polvillo sobre las hojas de las rosas y en los tallos.

Se trata de un organismo que se beneficia especialmente de las altas temperaturas y la humedad constante. Te damos algunos trucos para cuidar tu rosal y deshacerte de esta molesta plaga.

Soluciones para combatir la roya
Primero aparecen pústulas de color anaranjado, que luego se convierten en manchas.

  • La primavera y el otoño son las temporadas en las que suele aparecer este hongo.
  • Las temperaturas ideales para que crezca este hongo están entre los 19 y los 25º C. La humedad sostenida durante 2 ó 3 horas también ayuda a la proliferación de esta enfermedad.

Toma nota de las siguientes recomendaciones que te ofrecen los expertos de la Universidad de Iowa:

  • En cuanto veas una pústula anaranjada sobre las hojas o tallos de tu rosal, arráncalos de la planta.
  • Si podas cuidadosamente las ramas muertas, podrás detener el avance de la roya, facilitarás el movimiento del aire entre las hojas y les quitarás el exceso de humedad que favorece al hongo.
  • Cómo último recurso, rocía la planta con un funguicida de azufre o de triforine. Repite el tratamiento a intervalos de 7 a 14 días, mientras continúen las altas temperaturas y la humedad sea alta, favorable a este hongo.
  • En el otoño, arranca todas las hojas infectadas y bárrelas del jardín.
  • En invierno, aplica una dosis extra de azufre en aerosol, cuando tus rosales estén hibernando.

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viernes, 4 de julio de 2008

Cómo regar las orquídeas (III)

Cuando no regamos lo suficiente
A veces, al saber que estas orquídeas no necesitan mucha agua, un jardinero inexperto decide dejar que su planta se seque sin remedio. Como hemos dicho al principio, es fundamental que cuando reguemos lo hagamos de manera abundante. Otras personas creen que con rociar con un pulverizador es suficiente para hidratar a la orquídea, pero se equivocan.

Cuando la orquídea se ha marchitado, tendremos que comprobar el estado de sus raíces para asegurarnos de que se debe a falta de riego. Normalmente, cuando falta agua, estas plantas conservan sanas sus raíces, pero se marchita su flor. Otras veces, aunque la flor no esté mustia, las hojas se caen con facilidad o no acaban de desarrollarse del todo. Todos ellos son síntomas inequívocos de que la epífita se está secando.

Para solucionar el problema, tenemos que regarla más, como es obvio. Además, regaremos con mucha agua, asegurándonos que el líquido empapa bien la tierra y llega a la base de la maceta. Tendremos que dejar que se escurra bien el agua restante y nunca dejarla reposar en platos, ya que el exceso de humedad puede arruinar sus raíces.

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