Si nos fijamos en la naturaleza, y observamos las praderas que de manera espontánea nacen en cada zona y región de la Península Ibérica, veremos que no existe una pradera sin hierbas florales en ninguna zona climática que escojamos dentro de nuestra variada climatología.
Césped en el jardín: un error
Desde hace ya muchos años, en los jardines de viviendas unifamiliares, tanto adosadas como independientes, así como públicos, caemos en el error de no elegir praderas sino céspedes. Pero es lógico, dado que las referencias a seguir para formar un prado verde, sólo las tenemos en los campos deportivos de fútbol y en zonas verdes públicas, a las que no se califican como jardines.
Así, la mayoría quieren que su jardín tenga un tapiz de una corta selección de gramíneas, cuanto más parecido al que luce un estadio de fútbol, mejor. Sin caer en la cuenta de que esa mezcla, especialmente creada para un campo deportivo, no se encuentra por ningún lado en la naturaleza, que los cuidados de mantenimiento que se dan en un campo deportivo son innumerables, así como sus riegos y siegas.
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