miércoles, 20 de junio de 2007

Cultivar fresas

La fresa es la variedad de fruta más popular en los meses estivales; de hecho en los Países Bajos es llamada 'la pequeña reina del verano'. Son sabrosas, fáciles de cultivar e incluso se pueden cosechar en macetas en la terraza o el balcón. A los niños, sobre todo, les parece emocionante contemplar cómo las bonitas florecitas blancas se transforman en deliciosos frutos rojos.

Estas pequeñas frutas se comen desde tiempos inmemoriales. Si bien en la Prehistoria se recolectaban como fresas silvestres, desde la Edad Media se empezó con el cultivo organizado. A partir del siglo XVII, gracias a hibridaciones con el fresal salvaje de América y las variedades con frutos más grandes de Chile, surgieron poco a poco las especies que conocemos hoy en día.

Condiciones para una rica cosecha
La planta gusta de un tipo de suelo ligeramente ácido, con un buen drenaje. Sobre todo en los meses estivales, no se puede quedar agua alrededor de las raíces, ya que esto causaría inmediatamente su putrefacción. Si cultivas los fresales en arriates en el huerto, resulta práctico levantar un poco el terreno.

Para evitar enfermedades, es aconsejable crear cada año un arriate nuevo y dividir los ejemplares, quitar las partes más viejas y cultivar las plantitas recién formadas. Para obtener una rica cosecha es imprescindible abonar bien. En el otoño puedes aplicar un abono orgánico como estiércol o un granulado de estiércol seco.

Los fresales en arriates se suelen plantar en filas, con una distancia intermedia de aproximadamente 25 cm. La mejor época para crear un arriate nuevo es el mes de agosto. En la plantación es muy importante que el corazón de la planta (la parte leñosa más gruesa, justo debajo del punto donde brotan los tallos), se encuentre por encima del suelo.

Después del cultivo, es necesario pisar bien la tierra y regar. Con un tiempo muy soleado, es mejor cubrir temporalmente las plantitas jóvenes con unos periódicos viejos, por ejemplo. Vuelve a quitarlos por la noche, porque si no, las plantas se secarían.

Durante los meses invernales, hay que cubrir las plantas con paja, por ejemplo. En la primavera debes quitar las hojas viejas que se han vuelto marrones. Tan pronto como empiecen a florecer, hay que regar con regularidad. Durante la floración puedes abonar adicionalmente con un abono potásico diluible en agua. Cuando los frutos empiecen a madurar, es buena idea echar una capita de paja alrededor que mantenga limpias las fresas.

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