Las peonías poseen una belleza sin igual. Tan pronto como sus delicados pétalos se despliegan en los más preciosos colores, estas plantas vivaces se convierten en las campeonas indiscutibles del arriate en la tardía primavera. La mayoría de las que se encuentran en nuestros jardines procede originariamente de la China. Sus delicadas flores, unidas a la decorativa forma de sus hojas, las hacen muy queridas en Oriente. La denominada peonía china (Paeonia lactiflora-híbrido) se ha seguido cultivando en Occidente a partir de su forma primitiva.
Estas flores pueden dividirse en dos grupos: las herbáceas y las arbóreas. Este último grupo apenas se ve en nuestros jardines, por lo que aquí nos limitaremos al primero. Que son herbáceas implica que el tallo y las hojas se marchitan en otoño, y luego en primavera brotan del suelo las puntas rojas de la planta joven. Los colores fundamentales son rosa, rojo y blanco, con tendencias al rojo claro, rojo purpúreo, rojo intenso, lila purpúreo y blanco crema. Las peonías tienen flores sencillas o dobles.
Una planta muy casera
De sus prometedores botones gruesos, se despliegan en la primavera unas flores frágiles y sedosas, en los más preciosos colores. En general, la peonía puede ser considerada una variedad fácil de cultivar. Eso sí, déjala el mayor tiempo posible en el mismo lugar, ya que no le gusta ser trasplantada. Si a pesar de todo lo haces, puede ser que la floración se demore unos cuantos años. Cuando está en un buen lugar, dura toda la vida, y si se encuentra a gusto en el jardín, también florecerá cada año más ricamente.
Una segunda razón es que un paisajista tendrá muy en cuenta la distribución de los espacios, de acuerdo a las necesidades de los propietarios, tamizados por un estilo (contemporáneo, silvestre, zen, clásico…) como sólo un experto sabe traducir a un diseño o proyecto determinado.
Por último un paisajista siempre resolverá mejor los problemas de mantenimiento. Siempre que un especialista entra a un jardín, nota claramente con una sola mirada si ha sido realizado por un profesional, un viverista o por el propietario.
Si tus gustos de decoración tienen reminiscencias rurales; si te gusta el calor de una chimenea y gozas con la vista de un prado verde a través de una ventana; si un hogar significa una mecedora junto al fuego, entonces, te encantarán las sugerencias que exponemos a continuación. Rodea tus plantas con una bonita y original cobertura de mimbre o cáñamo. Las cestas son objeto, hoy en día, de diversos estilos de diseño, desde el más tradicional, la de "caperucita", a diseños en ángulos rectos y en un sinfín de colores.
Sólo en un suelo generosamente abonado los rosales crecerán y florecerán óptimamente. Durante la temporada de crecimiento hay que dar dos veces un abono artificial en la fórmula NPK 12+10+18, o si no, un abono biológico con elementos traza. Para evitar enfermedades lo mejor es dar un abono con un alto contenido en magnesio y potasio y, muy importante, ¡un contenido bajo en nitrógeno!
Todos los rosales se deben proteger de alguna manera contra las heladas. El injerto de escudete, es decir, el lugar donde el rosal cultivado ha sido injertado en su portainjertos (pie de un rosal silvestre), es muy sensible a las heladas. Por este motivo el arbusto se debe acollar, como se dice en términos técnicos. Esto también evita la desecación.
Para proteger la tierra de alrededor de los rosales contra el deterioro de la estructura, es aconsejable aplicar un recubrimiento de, por ejemplo, paja, estiércol bien putrefacto, corteza de coco, virutas o compost casero. La protección de los rosales sólo se quita cuando el peligro de heladas haya desaparecido en su mayor parte. En la práctica esto será en marzo o abril.
Los rosales son bastante exigentes en cuanto al tipo de suelo. Donde mejor florecen es en una tierra ligeramente arcillosa o limosa. Un terreno arenoso se puede enriquecer eventualmente con estiércol. La arcilla pesada se puede hacer más suelta con harina de basalto. Una turbera ácida mejorará si abonamos anualmente con cal. Para todos los tipos de suelo es aconsejable hacer un amplio hoyo de plantación y llenarlo con tierra especial para rosales. A fin de cuentas, no puedes plantar tu nueva adquisición más que una sola vez, y de esta manera la planta tendrá el mejor comienzo posible.
Los rosales trepadores exigen algún cuidado adicional, siempre que estén plantados contra una pared. Cerca de los cimientos suele haber pocos nutrientes disponibles, de modo que es inevitable mejorar el suelo. Llena el hoyo de plantación generosamente, con tierra de calidad y estiércol de vaca o abono especial para rosales, y planta el rosal a unos 30 cm. de la pared. Puesto que al lado de una pared la tierra suele estar muy seca, hay que regar mucho, también cuando el rosal haya empezado a crecer.
¿No sabes qué hacer con ese rincón de tu casa tan triste y solitario? Seguro que alguna vez has pensado en llenarlo de alegría con una planta pero no te has atrevido, piensas que la falta de luz supone un obstáculo. A continuación te proponemos algunas variedades que sobreviven bastante bien en condiciones de poca luminosidad, que no nula; recuerda que todas las plantas necesitan unos rayitos de sol, ninguna planta supera la oscuridad absoluta.
También el riego es importante, ya que acusa mucho tanto el exceso como el defecto. Si no lo regamos correctamente sus hojas comenzarán a amarillear por el borde.

Según la época de recolección encontramos variedades de verano y de invierno. Las semillas de las primeras se siembran desde final del invierno hasta mediados de la primavera y la recolección se efectuará desde la primavera hasta el comienzo del otoño. La siembra de la espinaca de invierno, que es la que normalmente se encuentra en el mercado, se efectúa durante el verano, y la recogida se lleva a cabo desde otoño a primavera. 


Primero retira del recipiente las hojas marchitas de las plantas acuáticas. Con ayuda de unas tijeras especiales podrás efectuar esta poda a distancia. ¿No se han soltado los
Proporciona semanalmente a los vegetales del interior de la vivienda abono disuelto en el agua de
Es tiempo de comenzar a sembrar hortalizas. Los fresales tienen que limpiarse de maleza y abonarse con fertilizante rico en potasa, diluido en el agua de riego. Los kiwis se cultivan desde mediados de mayo hasta finales de junio. Planta siempre una variedad masculina entre, como máximo, 5 ó 6 plantas femeninas. La masculina, polinizante, debe ser podada después de la floración.
Controla semanalmente si los manzanos tienen mildíu (brotes con polvo blanco). Podando de inmediato las partes afectadas, evitarás la expansión de esta enfermedad fúngica. Tan pronto como hayan terminado de florecer, hay moros en la costa: la avispilla de las hojas y la cecidomia quieren poner sus huevecitos en los botones florales. Las larvas se desarrollan con rapidez y dañan la manzana, que, aunque por fuera crecerá normalmente, por dentro estará 'agusanada'.