martes, 8 de mayo de 2007

Espinacas, cuidados y cultivo

En la dieta diaria está indicado el consumo de hortalizas y verduras y, entre ellas, las espinacas son de las más versátiles. Con un gran aporte de minerales y vitaminas, se incluyen en multitud de recetas, que nos resultarán mucho más sabrosas si este ingrediente proviene de nuestro propio huerto. De cultivo anual, no requieren excesivos cuidados para disfrutar de todas sus propiedades.

El origen de la espinaca lo encontramos en Oriente, probablemente en Persia. Alrededor del siglo XI se introdujo en España, desde donde se extendió por toda Europa y, más adelante, por el continente americano.

Numerosas variedades
En el mercado encontramos una inmensa variedad de este vegetal. Se suelen clasificar siguiendo dos criterios:

  • Según la época de recolección encontramos variedades de verano y de invierno. Las semillas de las primeras se siembran desde final del invierno hasta mediados de la primavera y la recolección se efectuará desde la primavera hasta el comienzo del otoño. La siembra de la espinaca de invierno, que es la que normalmente se encuentra en el mercado, se efectúa durante el verano, y la recogida se lleva a cabo desde otoño a primavera.
  • Según la forma de la hoja, pueden ser rizadas o lisas: las primeras solemos encontrarlas como producto fresco, mientras que las segundas, suelen comercializarse en conserva o congeladas.

Preparar el cultivo
Aunque el cultivo de la espinaca es relativamente sencillo, hemos de tener en cuenta que es bastante exigente en cuanto al terreno en el que se desarrollará. Éste ha de cavarse en profundidad antes de la siembra. Además será rico en nutrientes y con un buen drenaje, ya que no soporta el encharcamiento. Hemos de prestar atención al pH del suelo: lo ideal es mantenerlo en torno a 6.5 ó 7, ya que con un ph inferior el crecimiento del vegetal no sería el adecuado.

Las semillas se plantan cuando el terreno esté húmedo, a unos 2 cm. de profundidad. La germinación se producirá en unas tres semanas; sin embargo, para ello han de darse las condiciones climáticas adecuadas: soporta bien las bajas temperaturas, mientras que las altas provocarán que las semillas no lleguen a desarrollarse.

Sencillos cuidados para su crecimiento
Para que la espinaca crezca correctamente es necesario mantener siempre húmedo el terreno, especialmente durante el verano, lo que permitirá que las hojas sean carnosas. Asimismo es necesario llevar a cabo el aclareo cuando la planta tiene ya algunas hojas y no existe peligro al manipularla. Gracias a esta separación, los vegetales dispondrán de un espacio mayor para su crecimiento.

Tampoco olvidaremos eliminar las malas hierbas que disminuirán los nutrientes necesarios para el crecimiento de la hortaliza. También hemos de añadir al terreno compuestos con nitrógeno, potasio y magnesio; la falta de cualquiera de los tres elementos reducirá la calidad de la cosecha.

Prestaremos atención a la posible aparición del mildiu de la espinaca o del falso mildiu, las dos enfermedades principales que afectan al cultivo. Es importante evitar el espigado o floración prematura mediante un fertilizante apropiado. Si llevamos a cabo estos sencillos cuidados, las espinacas estarán disponibles para el consumo aproximadamente dos meses después del cultivo de las semillas.

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